Detrás de cada meta existe un valor. Dicho de otro modo, todo objetivo está generado por uno o varios valores. Cada cosa que deseamos en el mundo material es la expresión de un valor que queremos satisfacer. Identificar nuestros valores nos motiva a actuar hacia el logro de nuestros objetivos.

Los valores son aquellos estados mentales que en realidad te importan. Son el centro de lo que tú eres. Todos tenemos valores.

Los valores por lo general son abstractos, como amor, salud, honestidad, libertad, lealtad, integridad, amistad, seguridad, etc.  Par conocerlos es importante pregúntate:

  • ¿Qué es importante para mí en relación a…?
  • ¿Qué obtengo haciendo esto…..?
  • ¿Qué beneficios me aporta hacer…..?
  • ¿Para qué quiero….?
  • ¿A qué no renunciaría por esta situación?
  • ¿Por qué es importante esto para mí?

Cuando conocemos nuestros valores tenemos libertad para encontrar el mejor modo de satisfacer nuestras necesidades. La cuestión es descubrir ese valor que está generando determinado objetivo y vivir en coherencia con todos nuestros valores. En definitiva, los valores son la energía detrás de nuestras metas. Son los que nos ayudan a comprometernos con nuestros objetivos.

Los valores pueden ser dependientes de un contexto, por ejemplo, lo que la gente valora de las relaciones puede no ser igual a lo que valoren de su vida profesional. Sin embargo, en general tendemos a tener valores esenciales que permanecen estables entre diferentes contextos. Un valor esencial es:

  1. Elegido libremente.
  2. Lleva a la acción.

Supongamos que deseas reforzar tu compromiso en relación al valor “salud”. El proceso comenzaría con la declaración de ese valor concreto: “La salud es importante y deseable”, a continuación, podrías preguntarte lo siguiente:

  • ¿Por qué es apropiado y deseable tener esto como valor?
  • ¿Qué consecuencia sobre mi comportamiento provoca tener este valor?
  • ¿Cuál es el propósito positivo de este valor?
  • ¿Qué limitaciones o resultados están relacionados con ese valor?
  • ¿Cuál es la situación clave relacionada con este valor?
  • ¿Qué alternativas existen con relación a ese valor?
  • ¿Qué otro valor parecido a éste tengo ya?

Todo este tipo de preguntas te ayudan a reforzar tu compromiso con un valor concreto, así como a creer en él. Las respuestas a estas preguntas definen los elementos del camino a seguir para expresar el valor, proporcionan motivación e incluso tratan con las posibles objeciones.

Animate y trabaja tus valores ¡ven y hagamos un cambio!