La manera en que nos expresamos y el lenguaje que empleamos para comunicarnos afectan en gran medida la manera en la que nos percibimos y nos perciben los demás.

Es posible generar cambios sustantivos en la vida con solo cambiando algunas palabras en nuestro día a día:

  1. Sustituye las palabras “tengo que …” por “quiero/me gustaria…”: Este ejercicio es muy efectivo para tomar consciencia  de que lo que hacemos en nuestra vida, incluso las cosas que encontramos desagradables, son fruto de nuestra elección. Por ejemplo, en vez de decir, «tengo que ir a trabajar» di «quiero ir a trabajar», de este modo, en vez de ser una obligación, es algo que decides hacer ya que trabajar te va a permitir tener: unas vacaciones en la playa, las clases de piano para tu hija, esas bambas de running para empezar con las trail running, etc.
    Después de todo, incluso las cosas desagradables que dices hacer por obligación, las haces realmente porque deseas hacerlas, porque es más ventajoso para ti ir a pagar ese impuesto que arriesgarte a una multa o un embargo.
  1. Sustituye la palabra “pero” por “y”: Se trata de cambiar una conjunción adversativa que entraña una elección por una copulativa que se refiere a una suma y a la posibilidad de hacer dos cosas sin renunciar a ninguna de ellas. Es probable que en alguna ocasión digas “Quiero ir al teatro, pero tengo que estudiar”. En su lugar di: “quiero ir al teatro y tengo que estudiar”.  Te preguntarás ¿pero?, esta es su explicación: “Cuando empleas la conjunción pero creas un conflicto, a veces una razón, que en realidad no existe”. En otras palabras, es posible ir al teatro y también estudiar, solo tienes que encontrar una solución y no eliminar las dos posibilidades solo con el lenguaje. Cuando utilizas la palabra y, ya se obliga al cerebro a procesar ambas partes de la frase y a tener en cuenta ambas posibilidades para encontrar una solución que las englobe a las dos, por ejemplo: puedes buscar otro día para el teatro y así poder aplicar hoy todo el día de estudio o puedes repartir y estudiar la lección en dos días e ir al teatro por la noche.

El objetivo es usar un pensamiento flexible, sin rigidez, que no se vaya a un extremo. Al cambiar de este modo tu forma de pensar, cambiarás también tu modo de sentir.

Comparte estas dos claves con los tuyos y  no te pierdas muy pronto otras nuevas claves para mejor con palabras nuestro día a día.

Si te gustó, no olvides ¡darle me gusta y compartir!