NO, una palabra corta y simple pero que nos llena muchas veces de estrés y conflictos
¿Por qué no podemos decir NO? Hay distintas razones:
- Miedo al rechazo: creemos que al decir que no esto provocará en la otra persona que se aleje y nos podamos encontrar solos.
- Miedo a no ser respetuoso: parece que negarse a algo es egoísta, mientras que aceptarlo es algo generoso.
- Miedo a los conflictos: el decir que no puede provocar problemas, ese miedo nos hace querer mantener una relación estable y aceptar aunque no queramos.
- Miedo a perder oportunidades: creemos que al decir no ahora, estamos desaprovechando algo que quizás en un futuro no volveremos a tener.
Que podemos hacer con el NO. Te invitamos hacer un pequeño ejercicio:
Como puede ser que seas primerizo en decir NO, primero de todo tenemos que ganar tiempo antes de contestar, es por ello que vamos a pensar en “alargadores de tiempo”, por ejemplo:
- No estoy segura de que pueda, después te lo confirmo.
- Deja que mire mi agenda y te digo algo más tarde.
- Ahora no puedo contestarte que estoy muy ocupado, dame un rato y cuando acabe lo hablamos.
Estos “alargadores de tiempo” nos permiten centrarnos y poder pensar en cómo trabajar el NO.
Como trabajar el NO:
- Preguntarte si lo que te piden es algo que realmente tú quieres hacer, no te dejes llevar por el primer impulso de decir «Si».
- Recordar que significa decir no: Es importante recordar una situación anterior donde hayas dicho NO sin problemas, recuérdala y imagínate la situación actual diciendo no.
- Explorar los miedos: ¿Por qué no puedo decir no? Por ejemplo: porque tengo miedo a lo que puede pasar, a dañar a la persona, a que piensen que soy un egoísta o no soy un buen compañero.
- Ahora conociendo el miedo es el momento de poner en práctica el no, pero un NO que se caracterice por:
- Evitar dar muchas explicaciones “ahora no me va bien, quizás en otro momento”.
- No digas un no rotundo, intenta dar alternativas para suavizar la negativa «gracias por contar conmigo, quizás en otro momento».
- Mantente tranquilo y centrado en ti, no en los demás.
- Negar, pero de forma respetuosa y amigable. » te lo agradezco pero es imposible, gracias»
- Estar preparado para que alguien se moleste, es por ello que tienes que volver a explicar que “no puedo, tengo otro compromiso, quizás en otro momento, pero gracias por pensar en mi”. Pero si así la persona insiste, los pasos son los mismos: “No, de verdad me gustaría mucho hacerlo y te agradezco que hayas pensando en mí, pero no podré, ya que me comprometí”.
- Darle la importancia que se merece la otra persona, pero sin que ello te influya a decir si, cuando en realidad es un no.
Ten presente que decir “no” no es malo.
Deja tu comentario